África y sus aspectos Económico, Político, Social y Cultural
África es el tercer continente más extenso, tras Asia
y América. Está situado entre los océanos Atlántico, al oeste, e Índico, al
este. El mar Mediterráneo lo separa al norte del continente europeo; el punto
en el que los dos continentes se hallan más cercanos es el estrecho de
Gibraltar de 14,4 km de ancho. El mar Rojo lo separa al este de la península
arábiga y queda unido a Asia a través del istmo de Suez, en territorio egipcio.
Posee una superficie total de 30 272 922 km² (621 600 km² en masa insular), que
representa el 20,4 % del total de las tierras emergidas del planeta. La
población es de mil millones de habitantes, menos del 15 % del total mundial.
El continente se divide en 54 estados soberanos siendo uno de ellos, Egipto,
transcontinental, además de dos estados con reconocimiento limitado y dos
territorios dependientes.
La Economía de África se basa en el comercio, la
industria y los recursos naturales. Aproximadamente 1.320 millones de personas
habitan en 55 países diferentes.
África es uno de los continentes más ricos pero peor
gestionado. Aunque algunas partes han mejorado en los últimos años, de los 175
países estudiados en el Human Development Report de Naciones Unidas en 2003, 25
países africanos se encuentran en el ranking de los más empobrecidos del mundo
en cuanto a desarrollo humano.
Esto es en parte debido a su turbulenta historia: La
esclavitud, la colonización y posterior descolonización de África fomentó mucho
la inestabilidad política, agravada por la guerra fría. Desde mediados del
siglo XX, la guerra fría, el incremento de la corrupción política y el
despotismo, han contribuido a la economía tan pobre que existe en África.
África. Economía Y Política
Desde un punto de vista económico, puede decirse que
África es un continente aislado del resto del mundo. Aunque existen excepciones
notables, como la República Sudafricana, o la mayor parte de los países del
Magreb, prácticamente toda África se encuentra sumida en una grave situación de
atraso y subdesarrollo (ver t18).
Un continente subdesarrollado
Los países africanos, especialmente en la región
subsahariana, carecen de infraestructuras de transportes, de medios técnicos de
producción, de industria y de sistemas financieros. Todo ello, unido a la
conflictividad derivada de la pobreza y de los enfrentamientos interétnicos,
que a menudo degeneran en guerras, da lugar a una situación perenne de miseria
que afecta a una buena parte de la población del continente.
Por sectores, el primario es el dominante, pero la
producción se centra en los cultivos de subsistencia y en los grandes
monocultivos tropicales, principalmente cacao y café, explotados con sistemas
anticuados y de bajo rendimiento.
El secundario casi no existe, y el terciario comienza
a desarrollar, en algunos Estados, una incipiente infraestructura turística.
Recursos naturales
La pobreza de África contrasta con la abundancia
potencial de sus recursos. Definidos por sectores, podemos destacar los
siguientes:
• Alimentación:
África cuenta con tierras fértiles, praderas propicias para la ganadería,
bosques y grandes bancos de pesca. La mayor parte de estos recursos están
subexplotados o concedidos a empresas extranjeras.
• Minería:
en todo el continente abundan los yacimientos de minerales preciosos,
diamantes, metales y otros recursos similares. Sin embargo, salvo en la
República Sudafricana, la explotación mineral adolece de problemas similares a
los de la agricultura.
• Energía:
los países árabes, así como Nigeria y otros Estados del África negra, explotan
sus yacimientos de petróleo y gas natural. Los recursos hidráulicos, también
muy importantes, encuentran, no obstante, menor grado de utilización.
• Otros
recursos: los paisajes, el exotismo, el legado cultural y natural constituyen
recursos importantes para el sector turístico. Algunos países, como Marruecos,
Egipto o Kenia han desarrollado una destacada industria de este tipo, pero en
la mayor parte del continente continúa sin explotarse.
Conflictos interétnicos en África
Las guerras civiles en África son comentario habitual
en todos los medios de información. El origen de estos enfrentamientos radica,
en buena parte, en la división fronteriza del territorio africano, heredada del
reparto colonial del continente en el siglo XIX.
Las potencias europeas, al dividirse las zonas de
influencia, no tuvieron en cuenta criterios humanos o raciales: se limitaron a
asegurarse la mayor y mejor cantidad posible de tierras y recursos. El
resultado de todo ello ha sido la creación de estados artificiales en los que
conviven etnias tradicionalmente enfrentadas, o en los que una determinada
tribu queda dividida entre dos o más países y lucha por reunificar sus
territorios ancestrales.
Dependencia de las antiguas metrópolis
A mediados del siglo XIX las potencias europeas
(principalmente Francia y el Reino Unido), se repartieron el territorio
africano. Un siglo más tarde, toda África reclamó y obtuvo paulatinamente su
independencia.
Sin embargo, la emancipación ha sido, en muchos casos,
puramente nominal. Varios países europeos mantienen una nueva forma de control
económico en sus antiguos dominios, y en algunos casos incluso intervienen
militarmente en situaciones de grave conflictividad interna.
La pobreza y la falta de estabilidad hacen que los
gobernantes de numerosos Estados africanos busquen apoyo exterior para sus
políticas a cambio de importantes concesiones agrícolas, pesqueras o mineras a
empresas procedentes de Europa y Estados Unidos. Estas potencias, a su vez,
favorecen el establecimiento de Gobiernos-títere que beneficien a sus
intereses.
El resultado es una creciente dependencia exterior, a
menudo agravada por la deuda, y un estancamiento económico que tiende a hacer
perennes los conflictos y la pobreza.
Legado del colonialismo europeo
La ocupación europea es, en gran medida, responsable
de los problemas actuales de África. La actuación de los países europeos en
África puede calificarse de auténtica rapiña, y no dejó tras de sí ningún tipo
de infraestructura, bien de equipo o conocimiento que hubiera podido servir
para un eventual desarrollo después de la descolonización.
De hecho, muchos países africanos sufren todavía las
consecuencias devastadoras de las guerras de independencia, ya que algunos
países, como Portugal o Francia, no aceptaron de buen grado la pérdida de sus
antiguos imperios.
El legado de Europa en África no puede ser más
negativo:
• Aculturamiento.
• Analfabetismo.
• Conflictividad
social.
• Problemas
raciales.
• Saqueo
de los recursos naturales.
• Neocolonialismo
económico que dificulta el desarrollo.
OBSERVA EL SIGUIENTE VIDEO:
https://www.youtube.com/watch?v=MQhkzr8t4IE
https://www.youtube.com/watch?v=uFUYhOVNUHM
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